La vuelta al mundo en cinco curiosos monumentos

La vuelta al mundo en cinco curiosos monumentos

Por: La Nación

1. Vietnam. Un puente al turismo

El Cau Vang (puente dorado, en vietnamita) es una pasarela peatonal sostenida por dos gigantescas manos, como si fuesen las de una divinidad que vive dentro mismo de las montañas. Cuando se inauguró, el año pasado, las fotos se hicieron virales, demostrando la belleza intrínseca y la originalidad de la obra.

Desde entonces el puente se convirtió en símbolo de la transformación de Vietnam, que quiere pasar del modelo de una austera dictadura comunista a un régimen más abierto, siguiendo el ejemplo chino. Y de paso, busca potenciar su ya importante industria turística y llevarla al nivel de otros países de la región, como Tailandia y Singapur.

El Puente Dorado mide 150 metros de largo y es un paseo panorámico

El Puente Dorado mide 150 metros de largo y es un paseo panorámico

Uno de los propósitos del puente es promocionar el sitio de Bà Nà Hills, atrayendo a una mayor cantidad de visitantes (chinos, en su aplastante mayoría). Es un centro turístico creado en los tiempos de la Indochina francesa, luego de la Primera Guerra Mundial. Renació una segunda vez cuando un consorcio indio lo reflotó con grandes inversiones e infraestructuras. Se conservan apenas algunas casas de la época colonial, pero lo que convoca a los turistas hoy es la recreación de un pueblo medieval francés con su catedral y su castillo.

Las demás atracciones de Bà Nà incluyen un museo de cera, una pagoda y un teleférico que tiene el récord mundial de longitud (más de cinco kilómetros). El Puente Dorado mide 150 metros de largo. Es un paseo panorámico que pasa por encima de campos cultivados y colinas cubiertas de bosque tropical. Se encuentra en una región de montañas, a 1400 metros de altitud, con vista hasta la ciudad costera de Da Nang. Se paga entrada al resort y para utilizar el teleférico que lleva hasta las atracciones y el puente.

Las manos inspiraron a artistas en todo el mundo que instalaron representaciones gigantescas en varios países.

En Francia, el escultor César eligió trabajar a partir de un moldeo de su propio pulgar. La primera obra nació para una exposición centrada sobre piezas de arte que representaran manos (fue en 1965 y se intitulaba La Main, de Rodin à Picasso).

Hasta el momento, había logrado reconocimiento gracias a compresiones, como la que sirvió de modelo para las estatuillas que se entregan en la ceremonia de premiación del cine francés (que se llama justamente la Nuit des Césars).

El mayor de sus pulgares está instalado en el barrio de La Défense, en el oeste de París. Es una zona de torres corporativas detrás del gran arco cúbico que forma perspectiva con el Arco de Triunfo y los Champs Elysées.

César no se limitó a reproducir solamente su pulgar. Hizo esculturas en gran tamaño de su mano, de su puño (una copia está en Mónaco) y de dos de sus dedos formando una V (esta obra se encuentra en Epinal, una pequeña ciudad de Lorena, en el este de Francia).

 

El Pulgar, de bronce, mide 12 metros de alto y pesa 18 toneladas. Está en medio de la plaza delante del edificio del CNIT, el Centro de Nuevas Industrias y Tecnologías. Es un centro de congresos y negocios que fue el primer edificio de La Défense.

 

3. Uruguay. Los dedos de Punta

La obra del chileno Mario Irarrázabal, uno de los íconos del balneario esteño

La obra del chileno Mario Irarrázabal, uno de los íconos del balneario esteño

La obra del chileno Mario Irarrázabal aparece en varios lugares más. Otra de «sus» manos está en Madrid, pero la más conocida -junto con la de Atacama- se encuentra en Punta del Este. En este caso, la punta de los dedos apenas sobresalen de la arena. Fue instalada en 1982, durante la Primera Reunión Internacional de Escultura Moderna al Aire Libre organizada en el balneario uruguayo.

Como en el caso de Atacama, hay varias interpretaciones acerca de su significado. Estos dedos se pueden ver como una advertencia a los bañistas, por las aguas agitadas de la playa Brava. Otros prefieren pensar que la mano de Punta del Este y la de Atacama forman un abrazo simbólico al Cono Sur de las Américas.

Lo cierto es que los cinco dedos que sobresalen de la arena se convirtieron en el verdadero símbolo del balneario y lanzaron internacionalmente la carrera de su autor, que era un joven artista en el momento de su creación. La mano fue erigida en menos de una semana, sobre una estructura de metal cubierta por varias capas de hormigón, plásticos y solventes resistentes al aire marino.

La escultura aparece sobre el costado atlántico de la Punta. La playa Brava tiene oleajes mucho más fuertes que la costa de La Mansa, que marca el punto geográfico donde termina el Río de la Plata del lado uruguayo.

4. Chile. La palma de Atacama

 La Mano del Desierto se levanta a una hora de ruta al sur de Antofagasta
La Mano del Desierto se levanta a una hora de ruta al sur de Antofagasta
A la misma latitud de San Antonio de los Cobres, pero del lado Pacífico de los Andes, en Chile, una mano de hormigón se levanta por encima del suelo pedregoso del desierto de Atacama. La Mano del Desierto -así se conoce a esta obra de Mario Irarrázabal- queda lejos de todo y cerca del cielo, en un paisaje mineral.

Las plantas, aun las más resistentes, no prosperan en este rincón del mundo. Es el desierto por excelencia. Pero la vida no abandonó la partida y sigue latente. Lo demuestra en raras ocasiones, luego de una lluvia que puede hacerse esperar varios años. Entonces los campos de piedra se cubren por un corto período de un tapiz de pequeñas flores.

Ajena a este milagro, la mano tiende sus dedos hacia el cielo, como una plegaria por más nubes. Tiene un innegable poder de atracción: todos los que circulan por la ruta Panamericana paran para verla de cerca o sacarse fotos. Y, desgraciadamente, para dejar sus huellas: la obra necesita cuidados regulares para tapar graffiti y grabados. Mejor dejar un rastro de su paso como hacen algunos viajeros, dejando mensajes con piedras en la planicie que rodea el monumento.

En la región es posible conocer las llamadas oficinas: pueblos fantasma que fueron centros de extracción del salitre hace un siglo. Por las dos rutas que llevan a la Mano (la 5 o la 1), hay varias, indicadas por carteles.

La Mano del Desierto se levanta a una hora de ruta al sur de Antofagasta. Surge al costado de la Ruta 5 que bordea la Cordillera. Sin embargo la Ruta 1, que sigue un tiempo la costa y pasa por Taltal, es más interesante. Se ve en Paposo el antiguo hito que marcaba la frontera con Bolivia, hasta que ese país perdió la Guerra del Pacífico. En este caso, hay que regresar al sur por la 5, luego de su empalme con la 1. El sitio es abierto y no se cobra entrada.

5. Italia. El mayor rebelde 

La obra de Maurizio Cattelan está emplazada frente a la sede de la bolsa de Milán, ¿una ironía?

La obra de Maurizio Cattelan está emplazada frente a la sede de la bolsa de Milán, ¿una ironía?

Maurizio Cattelan cultiva la ambigüedad en torno a su obra más polémica, L.O.V.E. Casi todos le dan un significado anticapitalista y antiestablishment, aunque su creador nunca lo haya confirmado y hasta a veces desmentido.

Pero es imposible no verla de esta forma: se trata de un dedo (el mayor) levantado -y bien levantado- hacia el cielo, frente a la sede de la Bolsa de Milán, la máxima institución financiera italiana.

Desde su instalación en 2010 provocó sentimientos muy encontrados: algunos la quieren sacar de ahí mientras que para otros no podía estar en un mejor lugar.

Esta mano con su dedo polémico fue instalada con motivo de una exposición de Cattelan en el Palazzo Reale milanés. No es la única obra provocativa del escultor italiano, que también hizo una representación de Hitler rezando de rodillas u otra del papa Juan Pablo II atropellado por un meteorito.

Sea como sea, L.O.V.E. -que los milaneses llaman familiarmente il dito- sigue en su lugar, sobre un pedestal, pese a varios intentos de moverlo de lugar.

En cuanto al anagrama del nombre: Cattelan explicó el significado de cada letra: L para libertà, O para odio; V para vendetta y E para eternità.

La obra está en medio de la Piazza Affari y delante de la fachada racionalista del Palazzo Mezanotte, sede de la Bolsa milanesa. La mano y su dedo extendido miden 11 metros en total. El artista la talló en mármol de Carrara.

Por: Pierre Dumas