5 lugares inventados y reales que se hicieron famosos gracias a la literatura

5 lugares inventados y reales que se hicieron famosos gracias a la literatura

Desde cárceles hasta escuelas de magia. BBC Mundo recuerda algunos de los espacios que cobraron una nueva vida gracias a los libros y mundos que marcaron a sus lectores como si de verdad hubieran existido.

1. La Catedral

Es el bar limeño que se hizo famoso en Perú gracias a «Conversación en La Catedral» (1969), del premio Nobel peruano Mario Vargas Llosa.

En este lugar se desarrolla el revelador diálogo entre el protagonista, Santiago Zavala, y Ambrosio, ex chofer del padre del primero, Fermín Zavala, que había sido funcionario de una dictadura militar que se instaló en Perú entre 1948 y 1956.

Según el diario peruano El Comercio, el bar abrió en los 50 en el centro de la capital peruana y funcionó hasta por lo menos mediados de los 70. El mismo Vargas Llosa fue a tomar unas cervezas allí. Pero a inicios de este siglo solo quedaba un terreno abandonado. La fama no lo salvó.

2. El castillo de If

Nació como una fortaleza en el siglo XVI, pero más tarde se convirtió en una de las prisiones más temidas de Francia.

El castillo se hizo famoso por ser uno de los escenarios principales en los que se desarrolla la historia de «El Conde Montecristo» (1844), del novelista francés Alejandro Dumas.

Es el lugar donde Edmundo Dantés, el protagonista, estuvo preso 14 años luego de ser víctima de una trampa por la que lo acusan de «agente bonapartista».

En sus celdas Dantés conoce al abate Faria, personaje clave para planear su magistral venganza.

Esta antigua prisión queda frente a las costas de Marsella, en el sur de Francia, en el mar Mediterráneo, y cada año van unas 100.000 personas a conocerla.

3. Illiers – Combray

Este pueblo queda a dos horas en auto al oeste de París, Francia. Su nombre original era Illiers, pero se extendió a Illiers – Combray en 1971, en honor a «En busca del tiempo perdido» (1913 – 1927), de Marcel Proust, y al centenario del nacimiento del escritor.

Parte de los hechos que recuerda el autor francés en «Por el camino de Swann», primera parte de «En busca del tiempo perdido», ocurren en el pueblo imaginario de Combray.

Este lugar se inspiraba en el pueblo entonces llamado solamente Illiers, donde Proust pasó parte de su infancia, según explica Rhona Trauvitch, experta en lugares ficticios que se vuelven atracciones turísticas, de la Universidad Internacional de Florida.

Si sos aficionado a Proust (y tenés el dinero necesario), puedes ir a Illiers – Combray a tomar té con magdalenas.

4. Ystad

Es la ciudad sueca donde trabaja el detective Kurt Wallander, protagonista de once novelas creadas por el autor Henning Mankell entre 1991 y 2009.

Ystad se desarrolló desde el siglo XI en el sur de Suecia y destaca por sus edificios medievales bien conservados. Pero la popularidad de Wallander ha propiciado la oferta de tours centrados en el personaje.

La fama del pequeño pueblo del investigador aumentó con las películas y series basadas en sus aventuras que se han filmado desde 2005 en Suecia y Reino Unido.

5. Baker Street

Casi todos los que conocen a Sherlock Holmes, aunque no hayan leído sus libros, saben que vivía en el 221B de Baker Street, ubicada actualmente en el distrito de Marylebone, en el centro de Londres.

Hoy Baker Street luce como cualquier otra calle de la capital inglesa. Pero en el número 221 hay una placa recordatoria del personaje de Arthur Conan Doyle y al lado, un museo dedicado al investigador.

(Otro lugar que ha ganado cierta fama son las cataratas de Reichenbach, en Suiza, según Rhona Trauvitch. Es el escenario donde supuestamente ocurre la pelea final entre Sherlock Holmes y su enemigo, el doctor Moriarty, y hay una placa que conmemora el hecho).