¡Nos vamos de vacaciones! ¿Qué hacemos con el perro?

¡Nos vamos de vacaciones! ¿Qué hacemos con el perro?

Para quienes consideran a la mascota un miembro más de la familia, el momento de las vacaciones suele generar un dolor de cabeza. Es más, incluso muchas veces la preocupación por el bienestar del animal durante la ausencia de quienes son responsables por él condiciona el destino y el tiempo en el que se van a extender los días de descanso. Y estos son solamente algunos de los múltiples escenarios que hay que considerar. Por eso, desde el año pasado están desembarcando en el país una serie de servicios que apuntan precisamente a este público y que promete cuidar de la mascota como los propios dueños. «Siempre tuvimos perros, desde que nacimos. Además, nos encanta viajar y, en la medida en que podemos, los llevamos con nosotros. Cuando por el tipo de viaje no podíamos llevarlos, tratamos de que algún familiar los cuidase. El problema empezó a aparecer cuando por diferentes motivos, ellos no podían cuidarlos. Para las personas que amamos a nuestras mascotas y que las sentimos parte de nuestra familia, es realmente una preocupación muy importante no saber con quién dejarlos cuando nos vamos. ¿Guardería? ¿Pensionado? Y la respuesta siempre es no. Por eso quisimos encontrar a alguien que los cuide como nosotros, una familia que los haga sentir como en casa», asegura Tomás Criado (29), uno de los creadores de GuauSurfing, una plataforma online que nació en 2016 y donde los dueños de mascotas pueden encontrar a alguien que cuide a sus animales como ellos.

DogHero es otro de los servicios que viene pisando fuerte en este terreno. Importado desde Brasil, desde que el año pasado comenzó a operar en nuestro país, ya sumó en Buenos Aires y Rosario 450 casas de anfitriones dispuestos a dar un hogar transitorio y que cobran entre $150 y $300 diarios por el servicio. En su plataforma, los usuarios pueden seleccionar anfitriones dependiendo del tipo de hogar (casa, departamento, quinta, etc), cantidad de paseos que el anfitrión promete darle al animal, tamaño del patio y hasta posibilidad de suministrarle al animal medicina vía oral o inyectable. Además los anfitriones detallan en su perfil la experiencia que tienen con respecto al cuidado de animales, cómo preparan su casa para recibir a los huéspedes y cuál será la rutina que los animales tendrán en la residencia. «Estamos muy pendientes de la seguridad de las mascotas. Los anfitriones deben cumplir ciertos requisitos en una primera instancia y hacer un registro de datos en la plataforma. Luego pasan por un criterioso proceso selectivo, que incluye pruebas online y análisis de la estructura del domicilio por medio de fotos», explica Thalita Nobrega, Directora de Desarrollo de Negocios en DogHero. «Por el lado de los papás y mamás perrunos, al principio vimos una resistencia natural a cualquier modelo de negocio disruptivo, principalmente en ese modelo de economía colaborativa, en el que la confianza en la contraparte, que es también una persona física, es un aspecto importante. A los pocos meses, conseguimos mitigar esa ‘desconfianza’ mostrando en videos y fotos quiénes son los anfitriones y convenciendo a los usuarios de la importancia de hacer un pre-encuentro», agrega Nobrega.

El negocio está dando sus primeros pasos pero promete seguir creciendo y ampliando su público. Son varios los frentes que hay que atender. Desde el lado de quienes se ofrecen como cuidadores, los requisitos son diferentes según la plataforma de la que se trate pero, en líneas generales, todos coinciden en algunos puntos básicos. «El principal requisito es que, además de ser sumamente responsables, sean familias/cuidadores que amen a las mascotas. Analizamos minuciosamente a cada persona que se postula, los entrevistamos para decidir la admisión. No alcanza con cumplir requisitos básicos como espacio, disponibilidad, entre otros. También evaluamos las respuestas a contingencias hipotéticas que les planteamos. Chequeamos su experiencia con mascotas porque tenemos animales y conocemos el terreno en el que nos movemos», asegura Criado de GuauSurfing. El sitio web de esta empresa cuenta además con un chat interno y el seguimiento de la mascota en todo momento para corroborar la satisfacción del dueño, asegurar el contacto entre las partes y ante cualquier duda, brindar asistencia. ¿Los valores? Arrancan en los $100 la noche y alcanzan los $500 según el cuidador y la zona. «Buscamos ofrecer una calidad de servicio inigualable, estando codo a codo con las familias que cuidan y las familias que viajan. En lo personal, convivimos con mascotas desde que tenemos memoria, al igual que nuestros padres y abuelos. Son parte de nuestra familia, hasta duermen en la cama», agrega el joven emprendedor.
Por el momento la mayoría de las plataformas sólo ofrece el servicio en el domicilio del cuidador pero hay un claro interés por dar un paso más en ese sentido. «Entendemos que muchos necesitan que el cuidado sea en el ambiente de la mascota, pero para ofrecer dicho servicio hemos decidido también esperar y sólo otorgar dicha posibilidad a aquellos cuidadores que cumplan requisitos aún mas exigentes: haber sido cuidador al menos un año y tener al menos 10 contrataciones con valoración promedio de 4.5 estrellas. Recién lanzamos hace unos meses por lo que aún nadie cumple dicho requerimientos», aclara Federico Pérès, Director de MacotasInn, otra de las plataformas que nació por necesidad propia. «Como muchas familias con integrantes de cuatro patas, cada vez que planeábamos un viaje o una escapada de fin de semana, empezaba la problemática de ver quien podría cuidar a nuestros perros. Habiendo probado varias alternativas, sin que nos convenza ninguna, se nos ocurrió crear un sitio que una a dueños de mascotas con los mismos problemas que nosotros, con gente que quiera cuidar mascotas.pero como si fuesen sus dueños», asegura Pérès que puso en marcha el proyecto junto a su esposa Belén.

Un paso más allá

Argentina es uno de los países con más mascotas en el mundo: según diferentes estudios, ocho de cada diez habitantes tienen un animal doméstico, en su mayoría perros y gatos. Por eso los servicios son cada vez más personalizados y algunos ya están dando los primeros pasos en hacer de la experiencia del cuidado un negocio diferente. Así aparecieron los pet-sitters o «niñeros» de mascotas: van a las casas para que los animales no tengan que trasladarse y evitar que se estresen; juegan, pasean, les dan de comer y mandan fotos y videos a sus dueños para que sepan cómo están los animales durante su ausencia.

Misha Gildenberger, dueña de Roma Guardería, es una de las pioneras en ofrecer este tipo de servicios. Además de enfermera veterinaria, es rescatista y adiestradora por lo que su campo de conocimiento es amplio y diverso. Las tareas de los sitters pueden ser por día, con paseos de hora y media a la mañana y a la tarde para los perros, y una o dos horas de compañía para los gatos, o hasta jornada completa, donde el cuidador también se queda a dormir. La barrera más difícil que tiene que vencer quien contrata un servicio de este tipo tiene que ver con la confianza. «Creo que es un tema cultural. Quien está acostumbrado a viajar sabe que en otras partes del mundo -como sucede en Nueva York- estás prácticas están ampliamente difundidas y ha comprobado que funciona y es lo mejor para el animal», asegura Gildenberger. Y agrega que el hecho de ser rescatista le abrió muchísimas puertas para que la gente conociera y luego recomendara sus servicios que, básicamente, se difunden del boca en boca (más allá de que las calificaciones y los más de 3 mil seguidores que tiene en su cuenta de Facebook avalen su trabajo y cuyo valor arranca en los $600 por jornada).

Por Jimena Barrionuevo PARA LA NACIÓN